NUEVAMENTE EL CERRO CURRUHUINCA ES UNO DE LOS EJES. NUEVAS VIVIENDAS, SITUACIONES DE RIESGO Y LA NECESIDAD DE RECORRIDAS POR PARTE DEL MUNICIPIO
Por Graciela Vázquez Moure
Creció en forma desordenada, sin directrices urbanísticas, fue una ladera en la que los asentamientos comenzaron en la década del 70, siglo pasado.
Sin agua potable, sin red de gas, sin parámetros que alertaran que el futuro no sería el mejor, las laderas sufrieron talas continuas de árboles, madera que se utilizaba para cocinar y calefaccionarse. Y esto sin duda erosionó gran parte de los terrenos. Los deslaves fueron muchos, sobre todo en época de lluvia y en nevadas.
Así nació barrio tras barrio, son seis, cubriendo toda la ladera de este cerro.
Se han hecho muchos estudios geológicos y todos fueron lapidarios. Ninguno auguraba un futuro promisorio. Se han deslizado sectores arrastrando viviendas, por fortuna nunca fueron trágicos estos eventos.
Fueron varios los informes, uno de ellos fue realizado por el gobierno nacional, en el año 2016, aportó nuevos datos y recurrió a otros informes, entre ellos el Informe Hallcrow del 2009.

Hace dos años uno de los deslaves fue dramático, sucedió en la madrugada no produjo víctimas, pero varias viviendas debieron ser evacuadas en pleno temporal, y las escorrentías cruzaban los accesos a las casas, casi un río se deslizaba por la ladera. Y entonces el cerro Curruhuinca vuelve cada inicio del invierno a estar en carpeta.
Este último lunes funcionarios de varias áreas del Municipio, analizaron la contingencia y remediación en los barrios de la ladera, ante el comienzo de las temporadas de lluvia y nevadas.

El encuentro estuvo encabezado por el secretario de Gobierno, Federico Vita, y la directora del Instituto de Vivienda y Hábitat, Carolina Amaya.
Durante la reunión se realizó un balance de las acciones tomadas en los últimos meses como la remediación de viviendas afectadas en el invierno pasado, el mejoramiento de la accesibilidad a más de 30 familias y la construcción de viviendas transitorias en otras zonas de la ciudad.
También se escuchó una descripción general de las viviendas más comprometidas en la zona de las laderas, la detección de nuevas construcciones en áreas consideradas muy peligrosas y la necesidad de realizar nuevas recorridas por parte de las áreas del Municipio con poder de policía.
Entre otras medidas, se decidió efectuar nuevas recorridas a cargo de funcionarios y técnicos de diferentes áreas, colocar cartelería de advertencia en calles y senderos bajo riesgo de derrumbes y deslaves y extremar la coordinación del personal de las dependencias que deben actuar en caso de contingencia.

Recordamos que, en uno de los estudios realizados por Nación, se indica que la población de los seis barrios se estima en más de 4 mil habitantes, este dato fue del 2016, seguramente muy lejos de disminuir, ha crecido Otro de ellos data del 2009. El famoso Hallcrow fue tajante, en cuanto a su vulnerabilidad. Todos los informes son determinantes, la ladera corre riesgo geológico.
Con el tiempo llegó el agua potable, más tarde la red de gas, en uno de los puntos se analiza esta red indicando el desorden con que ha proliferado, siendo otra amenaza.

El cerro Curruhuinca es una realidad, en más de una oportunidad el gobierno de turno propuso entregar viviendas en otro sector de la localidad, para que quienes están en mayor riesgo dejaran de ser vulnerables, pero la negativa siempre fue la respuesta por parte de los vecinos.
Se han construido casas invadiendo completamente los cauces naturales de drenaje de la ladera. IMPACTO: la interrupción del drenaje natural del cerro provoca que el agua erosione las bases de las casas construidas y de los árboles (de más de 30m de altura) aumentando el riesgo de accidentes por colapso estructural de viviendas o caída de árboles. Esto es mencionado en uno de los estudios.
En otro de los informes se indica que las amenazas de origen natural que afectan este sector son la ocurrencia de fenómenos gravitacionales (tales como caídas de rocas, flujos y deslizamientos), peligro de inundación y movimientos sísmicos. Éstos últimos en relación con la propiedad que tienen de actuar como detonantes de movimientos de remoción en masa y por ende, afectando la estabilidad de las pendientes.
Desde la década del setenta y ochenta ha experimentado un gran crecimiento poblacional, ocupando áreas no aptas para el asentamiento. Por ello, se hace necesario profundizar los estudios de amenazas y riesgos en las laderas, construir obras públicas y aumentar la vigilancia ambiental, de tal manera de mitigar los daños que puedan llegar a ocurrir de darse los procesos de remoción en masa. Los pobladores son conscientes del peligro latente de desprendimientos, especialmente en época de lluvias; y exigen a la municipalidad como posible freno, la construcción de obras de contención. La realidad es que la ladera es muy inestable y la mejor solución sería la reubicación de la población. Dice uno de los tantos informes. Improbable la solución, cada vez más población y casas de mayor tamaño ocupan esta ladera, que cada año crea incertidumbre.