LA MUERTE DE LUZ MARIA SAPAG
Por Graciela Vázquez Moure
Es imposible olvidar esa noche, en la que la tragedia alteró la madrugada del 7 de julio. Fue en el 2010 y la partida de Luz María Sapag, intendenta de San Martín de los Andes, quedó grabada en la comunidad.
Y en mi caso especialmente, es imposible no recordar esa madrugada de julio, lluviosa, fría y trágica. Era directora de prensa del Municipio, había hablado a las dos de la tarde por última vez, Luz Sapag volvía de la ciudad de Neuquén. Pasada la medianoche se produjo el tremendo accidente a pocos kilómetros del aeropuerto de nuestra ciudad. El siniestro se cobró tres vidas, Liliana De Roberto, Luz María Sapag y el conductor que impactó contra el vehículo de quien era intendenta y que estaba conducido por Héctor Durán, que había viajado con ella. Durán recibió heridas graves, pero que no pusieron en riesgo su vida y quedó internado en el hospital local.
A las 4.30 de la madrugada en el hospital Dr. Ramón Carrillo los médicos que trataban de salvar su vida, informaban de la tremenda noticia.
Junto con ella murió también Liliana De Roberto, secretaria de Desarrollo Social.
Tuve que comunicar la noticia al país, e inmediatamente los medios regionales y nacionales ocupaban con el dramático titular las primeras planas.
Es que Luz Sapag con su vocación de líder, transitó por los caminos de la política en la ciudad cordillerana desde los años 80.
Su trabajo y pasión por el Movimiento Popular Neuquino que fundó su padre Elías Sapag, cuatro veces senador de la nación y su tío Felipe Sapag, cinco veces gobernador de la provincia, la condujo siempre al triunfo en las contiendas electorales. Luz Sapag no conoció la derrota. Siempre ganó por un porcentaje de votos que la ubicaron en un lugar de fortaleza, tanto en las dos primeras intendencias (1991-95 y 1995-99) como cuando accedió a una banca como diputada provincial en 1999.
Un año después ganó las elecciones cómodamente para transformarse en senadora nacional. Quizás esos seis años de mandato fueron el origen de su mayor crecimiento personal y político.
Su tercera intendencia se desarrolló desde diciembre del 2007 a julio del 2010, cuando el terrible accidente en la ruta 234, hoy 40, a 20 km del casco urbano, fue el origen de su fallecimiento.
Era luchadora, trabajaba sin descanso, creativa, ejecutiva y muy exigente con su equipo de trabajo.
Su personalidad siempre fue especial, viniendo de una familia sirio –libanesa. Ella lo mencionaba destacando que ser mujer y abrirse camino en los senderos que la familia Sapag habían creado, no era fácil, y no lo fue.
Sin embargo, Luz Sapag en las últimas décadas de su vida se abrió paso, caminó eludiendo los obstáculos y triunfó, porque como decía anteriormente, no conoció la derrota.
Había cumplido 66 años y como ella me confesaba, la misión en la política continuaba y se preguntaba hasta cuándo, sabiendo que en realidad los límites los pone uno mismo, pero cuando la pasión es más fuerte no es fácil establecerlos. Así era ella, liderazgo profundo, convencimiento de trabajar para el bien común, transformadora de lo establecido.
Fue líder y apasionada por la política, ese liderazgo que nadie pudo reemplazar. A 15 años de su partida, el recuerdo por sus tres intendencias, dos de mandato completo y la tercera interrumpida por la tragedia, siguen en el recuerdo de quienes la conocieron en su amada ciudad, San Martín de los Andes.